"Desde hace seis años estoy sometiéndome a diversas dietas. Por lo general me inscribo en gimnasios y en diversos centros dietéticos para comenzar un plan de adelgazamiento. Necesito pagar para comenzar una dieta, de esa manera me veo obligada a seguirla.
Todas las mañanas lo primero que hago es verme en el espejo y pesarme para ver cuánto he aumentado o adelgazado.
Para mí es una verdadera tortura. Cuando veo que me mantengo o he aumentado unos gramos salgo corriendo y me como un chocolate. No sé si alguien más pasa por esta situación pero es verdaderamente horrible.
En estos momentos estoy en un nuevo plan. Tengo una nutricionista que de vez en cuando me regaña cuando cometo mis pecaditos. Le digo que para mí es muy díficil, pero ella me hizo prometerle que de lunes a viernes no comiera ningún dulce. Estoy feliz porque sábados y domingos puedo pecar sin remordimientos. Claro, sólo me deja comer un dulce al día".
Marialejandra Osío
29 años
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